Historia



Fundación y primeros años

El 6 de marzo de 1902 tuvo lugar la junta directiva fundacional del Madrid Foot Ball Club. En ella, bajo la presidencia de Juan Padrós, se aprobaron los estatutos del club, que jugó en estos primeros años en diferentes campos de Madrid hasta que se estableció como campo propio el Estadio de O'Donnell en 1912. Con el crecimiento del deporte en España y la creciente afición alrededor del fútbol, el Madrid fue uno de los equipos pioneros y que colaboró a su expansión y a la creación de competiciones como la Copa de España, de la que ganó cuatro de las seis primeras ediciones.Otorgado el título de Real por Alfonso XIII en 1920 e inaugurado en 1924 el Estadio de Chamartín, el progreso del club fue imparable, una vez instaurado el profesionalismo e inaugurada la Liga en 1929. De la época también data el impactante fichaje de Ricardo Zamora, portero del Espanyol y una de las primeras figuras reconocidas del fútbol en España, a cambio de 150.000 pesetas. Al inicio de los años 30 el Madrid tuvo su primera época de esplendor, con dos títulos de Liga y dos de Copa, pero la Guerra Civil se llevó por delante el fútbol y el progreso.

Presidencia de Santiago Bernabéu

Santiago Bernabéu fue primero jugador y después presidente, pero fue en su cargo en el palco como pasaría a la historia del club. Visionario, llevó al club a gestas nunca antes imaginadas y cambió para siempre el devenir del Real Madrid. En septiembre de 1943 fue elegido presidente y, pese a que los inicios de su mandato no fueron brillantes en cuanto a resultados deportivos, pronto sus decisiones empezaron a dar sus frutos. Suyo fue el empeño por poner en marcha una competición entre los mejores equipos del continente, una idea en la que apoyó al periodista de L'Équipe Gabriel Hanot, que tuvo como resultado el nacimiento de la Copa de Europa, de la cual el Real Madrid ganó las cinco primeras ediciones, logrando gran notoriedad en el extranjero y contribuyendo a crear esa imagen de club ganador. Fichó a una generación de futbolistas que hicieron historia con una hazaña ininflamable. Di Stéfano, Gento, Puskas, Kopa... y los que vinieron después de ellos. Bernabéu ganó 30 títulos durante su mandato, hasta que en 1978 murió. Santiago Bernabéu da nombre además al estadio, bautizado así en honor al presidente que dio el impulso definitivo al club, alcanzando las más altas cotas de éxito en el momento decisivo de expansión del fútbol a nivel mundial y también como negocio. De su visión y su dirección nació el Real Madrid actual, moderno, marca reconocida en todo el mundo y club más exitoso a nivel deportivo.

Llegada de Di Stéfano

Santiago Bernabéu organizó en 1952, para conmemorar el 50 aniversario del club, un torneo amistoso por las Bodas de Oro al que invitó al Millonarios colombiano, equipo en el que jugaba un Alfredo di Stéfano que maravilló al público madridista. Poco después estalló un conflicto entre el jugador, su club y River Plate. Ambos clubes afirmaban tener los derechos del futbolista, Real Madrid y Barcelona negociaron por separado su fichaje y, aunque Di Stéfano llegó a viajar a la Ciudad Condal, la historia ya es conocida y La Saeta Rubia vistió de blanco desde 1953. Desde su llegada, el panorama futbolístico del Real Madrid cambió. Se le rodeó de grandes jugadores y fue la pieza central de una máquina imparable que marcó una época, la de las cinco Copas de Europa consecutivas. Di Stéfano fue el mejor jugador de su época, desarrollando un estilo de juego total en el que destacó en la faceta goleadora. Cuando dejó el club había anotado 307 goles, una marca que duró décadas, hasta que Raúl logró superar los registros de Don Alfredo.

Las seis primeras Copas de Europa

En los albores de la competición continental, el Real Madrid arrasó Europa sin piedad. Las cinco primeras ediciones de la Copa de Europa fueron para el equipo blanco, que dejó por el camino a Stade de Reims (dos veces), Fiorentina, Milan y Eintracht de Frankfurt. Cinco Copas de Europa consecutivas, un registro inigualado hasta la fecha y difícilmente alcanzable. El equipo formado por Di Stéfano, Gento, Rial, Kopa, Puskas, Zárraga, Lesmes, Santamaría... conquistó títulos uno tras otro, dejando la impresión de un Real Madrid imbatible y forjando la leyenda que actualmente sigue alimentando el club blanco con su competición fetiche. Especialmente recordada es la final de 1960, el 7-3 al Eintracht, calificada como uno de los mejores partidos de la historia del fútbol. Tras unos años de ausencia y reconstrucción pero aún con Gento como hilo con la generación anterior, el Madrid de Amancio, Velázquez , Grosso o Pirri conquistó la Sexta en 1966, la última en décadas para un equipo blanco que tardó el recuperar el prestigio de sus inicios en la gran competición del fútbol continental.

La Quinta del Buitre

A principios de los años 80, una generación de futbolistas hizo del Castilla un espectáculo digno de ver. Calidad, desparpajo y química, tenían todas las condiciones para hacer historia en cuanto las circunstancias propiciaran su salto al primer equipo. Y así fue como Butragueño, quien da nombre al grupo, Míchel, Martín Vázquez, Sanchís y Pardeza formaron una quinta a la que el periodista Julio César Iglesias dio el nombre de Quinta del Buitre. Santillana, Valdano, Gallego, Hugo Sánchez o Juanito acompañaron a estos jóvenes en sus inicios y en su madurez, dejando un reguero de títulos por el camino. Dos Copas de la UEFA, ganadas a base de remontadas que aumentaron el mito del espíritu blanco y cinco Ligas consecutivas. Sin embargo, pese a su juego excelente y su capacidad para sobrevivir esta brillante generación se quedó sin el premio gordo de una Champions, pese a que la rozaron con los dedos en varias ocasiones.

La Séptima, la Octava y la Novena

Cuando se apagó la luz de Butragueño se encendió, con violenta fuerza, la de otro canterano, Raúl González Blanco, que de un día para otro tiró al puerta del primer equipo y lideró un cambio que culminó la empresa que la Quinta del Buitre no pudo ver finalizada. En 1998, 32 años después de ver por última vez un triunfo del Real Madrid en la Copa de Europa, Mijatovic hizo explotar de alegría a varias generaciones de aficionados blancos con su gol a la Juventus en la final de Ámsterdam. La Cibeles no tuvo que volver a esperar tanto para ver de cerca otra vez una Copa de Europa. La Séptima desató al Real Madrid y, liberado del peso, tocó una y otra vez la gloria, hasta tres veces en cinco ediciones. La Octava cayó en París, en el año 2000, en la primera final entre dos equipos del mismo país. El Madrid no dio opciones al Valencia y le masacró 3-0. Ya con Florentino Pérez a los mandos y con Figo y Zidane sobre el césped, en un anticipo de la Operación Galácticos que se completaría después, el Madrid levantó la Novena al cielo de Glasgow, en 2002, frente al Bayer Leverkusen en una final inolvidable tanto por el golazo de Zizou que certificó el triunfo como por las paradas del héroe Iker Casillas, que salió desde el banquillo tras la lesión de César para sellar el título con una actuación sobrehumana en los lances finales del encuentro. Tres Champions casi sin tiempo para tomar aliento y de nuevo el nombre del Real Madrid en lo más alto del planeta fútbol.

El Madrid de los Galácticos

La llegada de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid trajo consigo un cambio de modelo económico y de estrategia de mercado. Tras su victoria electoral en el 2000 presentó a Figo, el año siguiente aterrizó en el Bernabéu Zinedine Zidane, en 2002 fichó a Ronaldo, en 2003 le puso la blanca a David Beckham y en 2004 fichó a Michael Owen. Un derroche de grandes nombres para un equipo que se conoció con el sobrenombre de Galácticos.El Madrid de los Galácticos se construyó en plena explosión del marketing deportivo, lo que trajo unos frutos económicos al club que no se terminaron de alcanzar también a nivel deportivo. Para el recuerdo quedan las imágenes de Raúl, Ronaldo, Figo, Zidane, Beckham o Roberto Carlos compartiendo equipo y las muchas tardes de gloria que dieron al graderío del Santiago Bernabéu, que disfrutó como pocas veces se ha tenido la oportunidad en el fútbol de ver juntas a varias de las máximas figuras del fútbol mundial sobre un mismo césped y con la misma camiseta.

El fichaje de Cristiano

En verano de 2009 Florentino Pérez regresó a la presidencia del Real Madrid y lo hizo a lo grande. Récord de gasto, presentaciones con el Bernabéu lleno, un desfile de estrellas (Kaká, Benzema, Xabi Alonso) y la guinda del pastel, el fichaje más caro de la historia hasta ese momento, Cristiano Ronaldo. El portugués cambió el Manchester United por el Real Madrid a cambio de 96 millones de euros y desde el "1, 2 y 3 Hala Madrid" de su presentación se ganó a la afición del Bernabéu a base de goles. Con 451 goles en 438 partidos, a más de un gol por encuentro disputado con la camiseta del Real Madrid, Cristiano Ronaldo tiene su nombre escrito con letras de oro en la historia del club blanco. Máximo anotador y máxima figura de la segunda época dorada del equipo, logró dejar su huella a la misma altura que la de Alfredo di Stéfano, el hombre que cambió para siempre la historia del Real Madrid. Se agota el papel para escribir todas las marcas, registros y récords que batió en el club blanco y se agota la imaginación de pensar cuándo vendrá alguien que sea capaz de igualar sus números. Su duelo con Messi ha sido, probablemente, el más electrizante de la historia de este deporte y ha llevado la rivalidad entre Real Madrid y Barcelona a un estadio superior.

La Décima

Tras años de sequía en Europa, de fracasos europeos que minaban la moral del aficionado madridista temporada tras temporada, en 2014 llegó la opción de redimirse y reescribir la historia. Y frente al Atlético de Madrid, nada menos. La Décima se había convertido en una obsesión para el club y la final de Lisboa era la ocasión perfecta para bordar el 10 en la manga de la camiseta, ahuyentar fantasmas y volver a llevar una Orejona al museo del Bernabéu. La final fue de todo menos idílica. Un error de Casillas propició el gol de Godín con el que se llegó al tiempo de descuento. Kuipers marcó cinco de añadido y el Real Madrid se volcó sobre el área de Courtois, mientras la afición del Atlético de Madrid ya saboreaba las mieles del triunfo perfecto, su primera Copa de Europa y con el eterno rival enfrente. Pero cuando se consumía el tercero de los cinco minutos de añadido Luka Modric botó un córner al corazón del área que Sergio Ramos cabeceó a la red. Probablemente el gol más repetido en la historia del club blanco, seguramente la cifra que con más claridad recuerdan sus aficionados, ese minuto 92.48 en el que el balón besó la red de la portería rojiblanca. En la prórroga, con un rival física y anímicamente hundido, el Real Madrid hizo tres goles más, obra de Gareth Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo. Una final histórica que significó un punto de inflexión para el conjunto madridista, que recuperó el trono europeo y que, lejos de escribir un punto final con la consecución de la Décima abrió una nueva página de gloria futura.

Las tres Champions consecutivas

Dos años después de Lisboa, Real Madrid y Atlético se volvían a cruzar en la final de la Champions, esta vez con Milán como escenario y con Zidane en el banquillo madridista después de sustituir en enero a Benítez como entrenador. Si el partido de 2014 fue agónico, el de 2016 no lo fue menos y se tuvo que resolver en la tanda de penaltis. El lanzamiento de Juanfran al palo y los cinco aciertos de los madridistas le dieron la Undécima al club de Chamartín y dejaron sin revancha ni consuelo a los rojiblancos. La temporada siguiente planteó un reto. Ningún equipo, desde que la Copa de Europa cambió de formato en los años 90, había sido capaz de revalidar el título. La campaña blanca fue sensacional, ganó la Liga y se plantó de nuevo en la final de la Champions tras dejar por el camino a Nápoles, Bayern y Atlético de Madrid en las eliminatorias. En Cardiff esperaba la Juventus, que no fue rival para un Real Madrid que dio una de las mayores exhibiciones que se recuerdan en una final reciente y goleó 4-1 a los italianos. Los blancos lograron así reeditar el campeonato logrado un curso antes, por primera vez en la era Champions. Pero no quedó ahí la cosa. En 2018 la historia se volvió a repetir. El Real Madrid volvió a llegar a la final, dejando en el camino a París Saint-Germain, Juventus y Bayern. A Kiev llegó también el Liverpool de Klopp, que se vio lastrado por la penosa actuación de su portero Karius, aunque la final también será recordada por el gol de chilena de Bale y por ser el último partido que disputó Cristiano Ronaldo con la camiseta del Real Madrid. Un triunfo más, 3-1, para cerrar un trienio dorado con un logro inédito en el fútbol moderno. Tres Champions consecutivas para la sala de trofeos blanca.











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